Llevar al bebé con la madre/padre además de ser una forma muy cómoda de transportarle, aumenta el vínculo afectivo, gracias al contacto visual y al sonido del corazón del porteador, puesto que es un sonido que al bebé le resulta familiar y tranquilizador. Estos bebés suelen desarrollar su sistema neurológico de una forma más temprana debido a todos los estímulos visuales que reciben, desarrollando así la atención y la curiosidad por el entorno de forma precoz.
Durante la crianza, el apego, entendido como vínculo, es un regulador del estrés, y un contacto físico, intenso y continuado es fundamental para el desarrollo saludable del bebé.
¿Qué es el porteo?
El porteo es una forma de llevar a los bebés encima de un adulto. Se puede definir como un “arte ancestral” que el ser humano lleva practicando desde la prehistoria.
En ingles se conoce como bonding. La traducción literal es vinculación afectiva o emocional.
¿Qué beneficios tiene para el bebé?
- Disminuye el grado de ansiedad porque crea un sentimiento de protección. Lloran menos.
- Mejoran los cólicos, gases y el reflujo por la posición vertical.
- Mejor desarrollo psicomotor, el constante balanceo genera en los niños mejor equilibrio y mejor control postural.
- Físicos, la postura ergonómica correcta, respetando la fisiología y fisionomía del bebé y del adulto, favoreciendo el correcto desarrollo locomotor de espalda y cadera.
- Desarrollan su sistema neurológico de forma más temprana debido a los estímulos visuales que reciben.
- Favorece la lactancia materna, permite dar el pecho en movimiento.
- Estimula todos los sentidos del niño con sensación de seguridad y tranquilidad al sentir cercanía de su mamá.
¿Qué beneficios tiene para la persona que portea?
- El porteador tiene los brazos y manos libres lo que le permite realizar las tareas de la vida diaria y atender las necesidades básicas del bebé.
- Si la porteadora es la madre, beneficia la lactancia materna. Llevar al bebé cerca provoca que la madre segregue oxitocina, lo que favorece la subida de la leche y un buen establecimiento de la lactancia materna.
- Favorece los vínculos, el contacto continúo favorece una relación muy especial entre le bebé y el porteador.
- Aporta seguridad, los porteadores se sienten más seguros y confiados porque serán capaces de reconocer mejor las necesidades del bebé.
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