El rasurado perineal para el parto, incluso el del vello púbico, han sido prácticas habituales de las maternidades durante mucho tiempo. Se realizaban por sistema al considerarse una práctica que disminuía el riesgo de infección y que por lo tanto era necesario para facilitar la sutura de la episiotomía. Al realizarse también la episiotomía de forma más sistemática que ahora, el rasurado se hacía prácticamente sistemáticamente en todos los partos.
¿Se continúa haciendo?
Poco a poco esta práctica se ha ido retirando de las maternidades españolas y se ha pasado a realizarlo sólo en aquellos casos en los que el profesional que atiende el parto ve recomendable practicarlo.
¿Por qué se desaconseja realizar el rasurado perineal sistemáticamente?
Lo que se ha visto con el tiempo es que el propio rasurado produce pequeñas erosiones cutáneas. Estas erosiones de la piel pueden provocar infecciones debidas a la colonización de microorganismos en la zona.
Aparte del riesgo de infección, hay que añadir también que el rasurado del periné es una práctica que resulta desagradable y que suele causar malestar. Tras practicar el rasurado en esta zona y hasta que el vello vuelve a crecer, aparece generalmente prurito e irritación en la piel de la zona.
Por estos motivos, es importante que el profesional sanitario que te atiende el día del parto sea consciente de estos aspectos y haga una buena valoración de si es necesario la eliminación del vello en el periné.
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