El fórceps es un instrumento de metal en forma de pinzas o tenazas que permite hacer tracción sobre la cabeza del bebé para ayudarle en la extracción, simulando los mecanismos del parto normal.
¿Cuándo se realiza un fórceps?
Generalmente están indicados en estos 3 supuestos:
- Cuando existe un riesgo de pérdida del bienestar fetal, es decir, el monitor fetal o alguna otra prueba complementaria nos está indicando la posibilidad de que el feto esté sufriendo durante el parto. Si las condiciones son las oportunas se procederá a realizar el fórceps. De no ser así, se realizará una cesárea con la mayor rapidez posible.
- “Alivio de expulsivo”. Éste se realiza cuando la dilatación del cuello uterino es completa pero el tiempo de expulsivo sobrepasa el tiempo indicado y aconsejado.
- Ayudar en la rotación adecuada del feto cuando éste no la realiza por sí mismo. Cuando el feto coloca la cabeza orientada hacia un lado los diámetros de la misma son mayores a la hora de atravesar la pelvis materna, dificultando el expulsivo. En estos casos, el fórceps ayuda a rotar la cabeza del bebé y facilitar su paso.
¿El fórceps hace daño al bebé?
Debéis estar muy tranquilas si os van a realizar un fórceps. Esta técnica se utiliza para ayudar al bebé y a la madre en el parto y no le ocasiona daño, todo lo contrario, ayuda a resolver una situación que podría ser peligrosa para el bebé. Pueden aparecer algunas marcas o lesiones en la piel de la cara y cabeza del recién nacido pero éstas desaparecen en unos días.
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