¿Qué es la mamografía?
Es un tipo especial de radiografía que sirve para explorar la glándula mamaria. Utiliza un sistema de dosis baja de rayos X para examinar las mamas en profundidad.
¿Para qué sirve?
La mamografía es una herramienta de exploración de las mamas que ayuda tanto a la detección precoz del cáncer de mama en aquellas mujeres que no tienen síntomas (mamografía de exploración) como al diagnóstico de enfermedades mamarias en aquellas que presentan bultos, dolor o secreción por el pezón (mamografía diagnóstica).
Es verdad que la mamografía no previene el cáncer de mama, pero ayuda a salvar vidas, dado que un diagnóstico precoz hará posible instaurar un tratamiento lo antes posible. Con el diagnóstico precoz podremos disminuir la mortalidad relacionada con este tipo de cáncer y también será posible extirpar las lesiones conservando la mama, es decir, sin la necesidad de realizar una mastectomía.
¿Cuándo debo comenzar a realizarme mamografías?
Lo ideal es siempre individualizar la pauta de seguimiento, pero generalmente todos los protocolos de sanidad aconsejan realizarse una mamografía de exploración anualmente, comenzando a partir de los 40 años de edad.
Sin embargo, si has sufrido cáncer de mama u ovario o tienes antecedentes familiares de los mismos deberías comentárselo a tu ginecólogo para iniciar los controles más precozmente debido al alto riesgo que presentas de padecerlo.
¿Resulta molesta la prueba?
Para la obtención de las imágenes la mama será colocada en una plataforma especial y comprimida con una paleta. Generalmente la mama se va comprimiendo gradualmente y esto en ocasiones puede resultar algo molesto.
El técnico que te realice la mamografía te indicará que cambies de posición durante el procedimiento y que permanezcas inmóvil mientras se toma la imagen para reducir la posibilidad de que la imagen obtenida salga borrosa.
La prueba suele durar en torno a los 20 minutos, así que las molestias, de tenerlas serán breves.
¿Debo prepararme para esta prueba?
La mamografía no requiere de una preparación muy específica pero puede ayudar tener ciertas pautas previas, como por ejemplo:
- Informa a tu médico si estás tomando alguna medicación, especialmente si es algún tratamiento hormonal o si has sido sometida a alguna intervención quirúrgica mamaria.
- Intenta que la fecha de la mamografía no coincida con la semana previa a tu próxima menstruación, especialmente si tus mamas están mucho más sensibles en estos días. Será mejor tanto para ayudar en el diagnóstico y reducirás las posibles molestias de las que te hemos hablado en el momento de la realización.
- No uses desodorante, talco en polvo o lociones bajo el brazo o axila el mismo día de la prueba. Así evitarás que puedan interferir en la prueba.
- Recuerda llevar todos tus informes de mamografías previas para entregárselos al médico. Si dispones de un centro médico de confianza es recomendable hacer siempre allí los controles, ya que así podrán comparar los resultados.
¿Tiene riesgos hacerse una mamografía?
Existe un mínimo riesgo de padecer un cáncer como consecuencia de la exposición a la radiación. Sin embargo, el ser diagnosticada precozmente de un cáncer de mama es motivo más que suficiente para llevarla a cabo.
La prueba en ocasiones da falsos positivos, es decir, que existe alguna patología sin que ésta esté presente. En estos casos, tu médico te aconsejará alguna otra prueba diagnóstica para confirmar el resultado y poder salir de dudas. Afortunadamente, aunque requiera más tiempo de seguimiento y de preocupación, todo queda en un susto. Recuerda que un resultado inusual que necesita de otras pruebas diagnósticas no significa que padezcas un cáncer de mama.
También es cierto que la mamografía presenta falsos negativos. No es una prueba perfecta y en ocasiones, hay ciertas lesiones que no se observan en este tipo de prueba.
Informa siempre a tu médico si estás embarazada o tienes la sospecha de estarlo. En las primeras semanas de embarazo las radiaciones no son recomendables.
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